"Nada que valga la pena tener llega a uno, excepto como resultado del trabajo duro". Booker T. Washington. Creo que la mayoría de las veces esta afirmación es cierta. Hay una cosa en particular, gracias a la naturaleza humana supongo, que muy rara vez parece resultar fácil: la reconciliación.
La gente lucha por conciliar sus diferencias. ¿Por qué? Quizá porque es más fácil no reconciliarse. Es más fácil decir "no" que decir "sí". Es más fácil sentir que tenemos razón mientras que la otra persona está equivocada. Es más fácil ver las cosas desde nuestra propia perspectiva, nuestra verdad, que desde el punto de vista del otro. Es más fácil mantener nuestra posición que cambiar. La naturaleza humana tiende a llevarnos por el camino de menor resistencia, y a alejarnos del cambio necesario para lograr la reconciliación. Por supuesto, la ironía es que, al resistirnos al cambio necesario para la reconciliación, solemos aumentar el conflicto en nuestras vidas, lo que, en última instancia, hace que las cosas sean más difíciles para nosotros mismos.
Entra el mediador. Los mediadores actúan como punto de conexión, como conducto, entre dos puntos de vista diferentes. Los mediadores ayudan a revelar los puntos en común y se esfuerzan por reforzar los intereses compartidos. Los mediadores ayudan a los demás a llegar a soluciones pacíficas cuando a menudo parece que el conflicto es la norma. Combinando estas habilidades, la mediación puede conducir a un mejor resultado en términos de reconciliación que una vista judicial, y sin duda un mejor resultado que no hacer nada.
Estoy muy orgulloso de los servicios que presta el Centro de Mediación del Noroeste. Qué increíble misión tiene esta organización, una misión para ayudar a aportar soluciones pacíficas a las personas en conflicto. NMC está haciendo buenas obras, dedicadas a nuestra comunidad y a sus miembros. Gracias a todos los que apoyan a esta vital organización sin ánimo de lucro, ya sea a través de su trabajo y esfuerzo, sus finanzas o cualquier otro medio.
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